La joven albaceteña, María Juana Martínez es una, de entre los muchos opositores, que se ha entregado a esta “temida” lucha por conseguir una plaza. A sus 25 años, se define como una chica luchadora que persigue sus metas hasta conseguirlas. La albaceteña estudió el Grado de Humanidades por la Universidad de Castilla-La Mancha, vocación que tenía clara desde que tiene uso de razón. Lleva más de media vida estudiando para, como muchos otros jóvenes, hacerse con un puesto en la docencia, por lo que comenzó su andadura en el mundo de la oposición en el año 2015. Tras un intento fallido para alzarse con la plaza, toma la decisión de marcharse a Londres para desconectar y volver a retomarlas con más fuerza. En Reino Unido comienza a trabajar de AuPair para perfeccionar el idioma, pero a la vez reflexionar y comenzar de nuevo la dura vida del opositor. “Las Bolsas están estancadas y no hay suficientes plazas para que podamos trabajar todos, difícilmente tendremos opción alguna” La jóven albaceteña es consciente de que el camino es largo y duro, “para mí es una carrera de largo recorrido. Las oposiciones no se sacan en “dos días”, hay que plantearlas con cierta filosofía y una actitud positiva. Yo me lo tomo como un trabajo más, con tus horas de estudio y tus momentos de ocio o descanso. Sin duda alguna, el factor clave es la motivación, el saber que algún día conseguiré un puesto de trabajo que me hará feliz el resto de mi vida”. Sin embargo, el individualismo que conlleva este cometido hace que, en ocasiones, se pierda la esperanza. “Muy pocas plazas para más de 4.000 personas”. Con este pensamiento llega la desmotivación y, con ello, las ganas de tirar la toalla. “Las Bolsas están estancadas y no hay suficientes plazas para que podamos trabajar todos, difícilmente tendremos opción alguna”, añade la albaceteña. No hay mal que por bien no venga Todo se desmorona cuando suspendes por primera vez. Muchas horas de estudio, dedicación, una enorme fuerza de voluntad para estar volcado en el ejercicio constante de concentración, y todo para no saber si el esfuerzo dará resultados. A todo esto hay que sumarle la precaria situación laboral que está atravesando España y lo que ello conlleva. El primer revés en la vida académica de María Juana Martínez llego en 2015, cuando, tras un año de esmero por aprobar la oposición, obtiene un resultado negativo. “Me encontré en un callejón sin salida, totalmente bloqueada. Así pues, decidí alimentar mis estudios con el inglés. Me fui a vivir a Londres donde trabajé de AuPair, fui voluntaria en un colegio e iba a clases para mejorar el idioma. Fue una de las decisiones más positivas y enriquecedoras que jamás haya tomado. Volví a mi país renovada. Con una mentalidad más abierta y positiva. Dispuesta a volver a intentarlo”. Nadie dijo que fuera fácil el camino y, por ello, muchos de las personas que se dedican a estudiar para un puesto del Estado, tienen que trabajar para poder introducir ingresos en su cuenta. La albaceteña tiene la suerte de contar con la ayuda de sus padres, quienes le aportan lo necesario para poder vivir bien. Sin embargo, “tengo trabajos esporádicos de fin de semana, a media jornada, que me sirven para cubrir mis caprichos y gastos de academia”. El Gobierno no ofrece ningún tipo de ayuda para aquellas personas que se dedican a esta “carrera de fondo”, y muchos jóvenes que acaban la universidad no pueden volcarse de lleno en la oposición por imposibilidad económica. "Llevo 25 años de mi vida estudiando para conseguir el puesto de trabajo que deseo. Son indudables los momentos de bajón y tristeza, pero jamás dejaré de luchar por lo que quiero” No hay triunfo sin ser uno mismo La clave del éxito no es una ciencia cierta, pero sí está claro que la dedicación, la paciencia y la constancia son factores que influyen positivamente. La joven albaceteña califica nuestra generación como la de los “titulitis”. Para ella, otro factor fundamental es el físico, ya que hoy es otro añadido importante a la hora de encontrar un puesto de trabajo. “Teniendo en cuenta estos puntos fuertes, la clave del éxito después de la universidad la tendrá cada uno, individualmente, dependiendo de su esfuerzo personal, expectativas y ambiciones”. La victoria nunca se sabe cuándo llegará, lo que sí tiene claro María Juana Martínez es que jamás tirará la toalla. “Llevo 25 años de mi vida estudiando para conseguir el puesto de trabajo que deseo. Son indudables los momentos de bajón y tristeza, pero jamás dejaré de luchar por lo que quiero”. Por: Mari Carmen Quílez
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